Por qué estudiar en el extranjero
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Partimos de que la educación es un proceso por el que pasamos todos y cuyo objetivo final es convertirnos en las mejores y más completas personas que podamos llegar a ser. Es un proceso que no finaliza en un momento determinado, sino que puede y debe desarrollarse a lo largo de toda la vida, pero que asienta sus bases en las edades más tempranas.
Al hablar de educación no nos referimos solo a los aspectos académicos, importantísimos por otra parte, sino a todo un conjunto de competencias, valores, habilidades, principios,… que van a conformarnos como seres únicos y excepcionales y que podemos adquirir por muchos y diferentes caminos.
Sentar las bases del crecimiento personal y profesional
Recibir una educación de calidad nos concede una mayor libertad para poder elegir lo que queremos hacer de nuestras vidas, personal y profesionalmente.
Una de las vías más eficaces para alcanzar este tipo de formación, que nos habilita para afrontar la vida con más posibilidades de éxito y más oportunidades, es la de vivir una experiencia escolar en un país extranjero, debido a que:
- Ayuda al participante a experimentar de primera mano un mundo distinto al suyo otras formas de hacer, de actuar, de convivir, le permite conocer nuevos métodos de enseñanza y otras maneras de relacionarse
- La mejora en las competencias lingüísticas de la segunda lengua que va a experimentar el participante es evidente y va a producirse de una manera natural y progresiva
Con los programas Red Leaf se adquiere capacidad de:
adaptación, recursos sociales, madurez, flexibilidad, iniciativa, autonomía, sentido de la responsabilidad, compromiso,…
…y se aprende a aceptar la diferencia alejando al individuo de la intolerancia y la intransigencia. Es incuestionable la importancia que van a aportar todos estos valores en la lucha por un mundo mejor.
Estos programas permiten al alumno autogestionar sus necesidades, así se fomenta la toma de decisiones, aprendiendo a aceptar las consecuencias derivadas de ellas y mejorando los niveles de autoestima y confianza en sí mismo. Es una inmejorable forma de descubrir de lo que uno mismo es capaz de hacer.
Estudiar en el extranjero es una puerta abierta al conocimiento intelectual también. Los itinerarios educativos y las fórmulas de aprendizaje varían de unos países a otros. La adquisición de estos conocimientos va a contribuir de manera decisiva a construir el bagaje cultural del individuo. Estos programas internacionales ayudan a los participantes a enfocar su talento en la dirección que más se ajusta a sus propios intereses, ampliando y orientando sus horizontes profesionales y su futuro.